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Aab Aguilar

Aab Aguilar existió alrededor de diez años. Surgió como un joven adulto y no llego a madurar lo suficiente como para considerársele mayor. Existía a intervalos y sólo en la encarnación que de él se hiciese uso. Era un personaje, un escritor que actuaba en sus textos a través de su voz, de aquello dicho sobre lo que sea que hablara. Era un personaje que cargaba en sí las ideas literarias de su actor y creador, pero que se diferenciaba de él para ironizar la función misma del escritor. Estaba cargado de frases e imágenes provenientes de historias leídas o de filmaciones vistas, así como de una espesa imaginación. Sus experiencias no rondaban por fiestas o charlas, pero éstas lo alimentaban tanto como los viajes en carretera, las caminatas por las urbes, las sensaciones del ambiente cotidiano y las ideas aparecidas en ratos de soledad, de trabajo entre el actor y su personaje. Aab Aguilar no tuvo una acertada participación histórica social en el mundo por el cual se desarrollaba, pero su positividad se resguarda dentro de su obra por todas las palabras que la completan; la edición y publicación de ésta es la confirmación de su deceso, es el cadáver de ese espectro que no tuvo cuerpo propio.